Anthurium: mantenimiento y riego.

También llamado lengua de fuego o anthurium flamenco, el anthurium es una flor de color rojo, rosa o blanco perteneciente a la familia Araceae. Originario de América Central y del Sur, puede prosperar en los interiores europeos siempre que se respeten ciertas reglas de mantenimiento.

Cuidando el anthurium

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Para una floración óptima y durante todo el año, debe reproducir el entorno natural del anturio, es decir, para traerle luz (sin estar expuesto a la luz solar directa) y humedad. Para hacer esto, mantenga la planta a una temperatura entre 18 y 21 grados, rocíe agua regularmente con un rociador de niebla en sus hojas y cubra su suelo con bolas de arcilla humedecidas o grava. También puedes limpiar las hojas con un paño húmedo. Si el aire ambiente es demasiado seco, las hojas de anthurium pueden volverse marrones, mientras que si la planta experimenta cambios de temperatura, las hojas se volverán amarillas.

Entonces, si el anturio no requiere un tamaño en particular, es recomendable retirar las flores tan pronto como se marchiten para favorecer la aparición de nuevas. Finalmente, la planta requiere un trasplante cada dos años para volver a florecer. Para hacer esto, elija una maceta que no sea demasiado grande, y con un fondo perforado, en el que colocará hasta 3 centímetros de bolas de arcilla o grava humedecida y luego una tierra ligera para macetas, para asegurar un drenaje óptimo de la flor. Además, a lo largo de los años, puede trasplantar el anturio cada tres años.

Regando anthurium

El anturio necesita un riego adecuado que le dé suficiente humedad. Durante el otoño y el invierno, riegue la planta tan pronto como la tierra esté seca y proceda con un poco más de regularidad en primavera y verano, tan pronto como la tierra se seque. En todos los casos, es recomendable privilegiar el agua tibia, no dura, siendo ideal el agua de lluvia, a la que se le puede añadir un abono líquido para favorecer su crecimiento y floración.