El principal riesgo al perforar baldosas es romperlas. Por lo tanto, es importante tener el equipo adecuado y tomar algunas precauciones.
Material necesario:
- un taladro de baja velocidad o mejor, un taladro de velocidad variable;
- una nueva broca para hormigón con granulado de carburo de tungsteno (una broca extensible ajustable de 24 a 90 mm para agujeros de gran diámetro);
- Una tabla de madera;
- adhesivo transparente;
- un lápiz graso.
Taladre un agujero de diámetro pequeño
- Coloque la tabla de madera debajo de la loseta para reducir el riesgo de rotura. El paso más delicado es perforar el esmalte de la baldosa, así que ten cuidado.
- Antes de perforar, pegue un pedazo de adhesivo transparente donde desee perforar. Esto evitará que la punta de la broca de hormigón se deslice sobre el esmalte.
- Empiece a perforar, lentamente y sin percusión, manteniendo una presión constante.
- Cuando aparezca la punta en el otro lado, dé la vuelta a la loseta y termine de perforar en el otro lado.
Taladre un agujero de gran diámetro
- Trazar el agujero con un lápiz graso, tomando como plantilla el diámetro del tubo que pasará.
- Opte por una broca extensible ajustable de 24 a 90 mm.
- Empiece a perforar, lentamente, teniendo cuidado de ajustar la broca estirable. Tu taladro debe ser lo suficientemente potente.
- Cuando el esmalte de la baldosa y la cerámica estén desgastados, dale la vuelta y termina la perforación del otro lado.
Nota: la herramienta ideal para taladrar baldosas es el taladro con variador de velocidad electrónico para un ajuste preciso. Si su taladro no tiene variador, prográmelo a la velocidad más lenta.