Saltamontes: sus beneficios en el jardín, deshacerse de él en la casa.

Si bien los saltamontes no están causando daños al jardín, sus intrusiones en la casa pueden ser molestas. He aquí cómo deshacerse de él.

Reconocer a los saltamontes

El saltamontes a menudo se confunde con la langosta, asumiendo que esta última es pequeña. Pero esto está mal. Hay langostas tan grandes como algunas variedades de saltamontes. Para reconocerlos con seguridad, es bastante simple: el saltamontes tiene antenas que tienen casi la misma longitud que su cuerpo. Por el contrario, la langosta solo tiene pequeñas antenas.

El saltamontes, útil en el jardín

A diferencia de la langosta, el saltamontes no es necesariamente dañino para el huerto. De hecho, la langosta es un herbívoro que ataca a casi todas las plantas, mientras que el saltamontes es un omnívoro carnívoro que prefiere comer orugas y todo tipo de larvas. También le gustan especialmente las larvas del escarabajo de Colorado, que se han multiplicado desde que la población de saltamontes fue diezmada por el uso intensivo de pesticidas, que son realmente dañinos para los cultivos. En Francia, encontramos principalmente la especie llamada Tettigonia viridissima, o gran saltamontes verde.

Deshacerse de los saltamontes

Deshacerse de los saltamontes no tendrá un efecto positivo en sus cultivos. Por el contrario, es su presa natural la que causa la mayor perturbación. Sin embargo, por razones puramente fóbicas, es posible que desee eliminarlos. Una solución eficiente y rentable, si se lo puede permitir en su jardín: gallinas camperas. De hecho, estos queridos gallináceos se darán un festín con tus saltamontes y te lo devolverán en huevos frescos. También puedes optar por una trampa. Toma un balde de plástico que entierras en la tierra, nivelado con el suelo. Coloca una mezcla de agua azucarada en el fondo que los saltamontes no podrán resistir. Recuerda engrasar los bordes internos del balde para que no salgan los saltamontes.

Saber: Si lo sostienes en tus manos, el gran saltamontes verde que encontramos en nuestras latitudes puede infligir un mordisco doloroso, pero no veneno.