Plantas aromáticas: plantación, mantenimiento y riego.

Tomillo, cebollino, perejil o incluso albahaca por ejemplo, existen muchas posibilidades de cultivo de plantas aromáticas, ya sea por su fragancia en el jardín o en la cocina. Además, son aptas tanto para espacios grandes como para pequeños como terrazas y balcones.

Plantar plantas aromáticas

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De antemano, conviene señalar que existen varias grandes familias de plantas aromáticas (perennes, anuales y bienales) para las que pueden variar determinadas condiciones de cultivo. Preferiblemente elija un lugar soleado o parcialmente sombreado, protegido del viento, con suelo rico y bien drenado. En el caso de especies perennes como el romero, el tomillo y las bienales, plantarlas entre marzo y noviembre (sembrar en terrinas y luego trasplantar). En el caso de las anuales, como el perejil o las cebolletas, proceda entre abril y junio sembrando en el suelo. Además, es muy posible encontrar brotes jóvenes en centros de jardinería. En cualquier caso, evite los períodos en los que las temperaturas estén por debajo de los 15 ° C. Finalmente, es necesario respetar las distancias de plantación suficientes.Ojo, algunas plantas aromáticas como la menta pueden invadir tu jardín.

Mantenimiento de plantas aromáticas

Si el mantenimiento de las plantas aromáticas es relativamente sencillo, es necesario respetar algunos principios. Lleva un fertilizante para plantas aromáticas para favorecer su crecimiento. Siendo propenso a enfermedades y ataques de insectos, controle regularmente los brotes para tratarlos si es necesario. Al cosechar variedades perennes y anuales, tenga cuidado de no cortar más de dos tercios de la planta para arriesgarse a poner en peligro las producciones posteriores. Por último, consultar las instrucciones para cada especie, algunas con condiciones particulares de mantenimiento, como la eliminación o no de las yemas antes de la floración por ejemplo.

Regando plantas aromáticas

Las plantas aromáticas deben regarse con regularidad tan pronto como el suelo esté seco para mantener un ambiente húmedo necesario para su correcto desarrollo, pero no en exceso para no ahogarlas.