Limpiar un CMV

Para prolongar la vida útil de su equipo y asegurar su correcto funcionamiento, es imperativo limpiar un CMV con regularidad. A continuación se explica cómo hacer esta limpieza, fácil, pero un poco restrictiva.

¿Por qué limpiar un CMV?

A fuerza de uso, un CMV se obstruye inevitablemente y limpiarlo, por lo tanto, preserva la eficiencia de la instalación al eliminar el polvo y la grasa acumulados con el tiempo. Si no mantiene su CMV, el aire irá circulando menos bien, lo que hará que su hogar sea más húmedo. Las grasas y el polvo presentes en el CMV afectan la calidad del aire al saturarlo con compuestos orgánicos volátiles, nocivos para la salud. La limpieza de un CMV también tiene un impacto en su consumo de energía. De hecho, el desequilibrio de los flujos de aire puede ser el origen de un aumento del calentamiento. Finalmente, la falta de mantenimiento puede provocar un incendio si se produce un cortocircuito.

¿Cómo limpiar un CMV?

Antes de limpiar un CMV, recuerde siempre apagar la alimentación. A continuación, retire las rejillas de ventilación y sumérjalas unos instantes en un desengrasante diluido en agua caliente. Durante este tiempo, aspire las entradas de aire, teniendo cuidado de no mojar las partes sensibles a la humedad, ya que existe el riesgo de que no funcionen correctamente. Luego, pase un paño ligeramente húmedo sobre el ventilador. No olvide los filtros, que puede limpiar con un desengrasante. Si están demasiado gastados, no dude en reemplazarlos. Por último, si puede, quite el polvo del interior de los conductos del CMV. Antes de reemplazar las rejillas de ventilación, asegúrese de que estén secas.