Dracaena marginata: mantenimiento y riego.

¿Acabas de comprar una Dracaena marginata? A continuación, se ofrecen algunos consejos para mantenerlo y regarlo.

A menudo confundida con una palmera debido a su similitud, Dracaena marginata, también conocida como drago de Madagascar, es una planta de interior que pertenece a la familia Agavaceae. A diferencia de las 40 especies que componen el género, tiene la peculiaridad de que sus hojas verdes tienen ribetes de color rojo. Si su tamaño apenas supera los 2 metros de altura en las viviendas, puede llegar hasta los 10 metros en exterior.

Cuidando Dracaena marginata

La Dracaena marginata requiere un mantenimiento específico para desarrollarse correctamente. Por tanto, es recomendable recrear lo mejor posible su entorno natural. Para ello, ponlo a la luz, en una habitación cuya temperatura ideal sea de unos 20 ° C. Dado que aprecia particularmente la humedad, colóquelo en un platillo de arcilla o bolas de grava, y use tierra para macetas para plantas de interior. Durante la primavera y el verano, agregue un fertilizante especial a la planta aproximadamente cada quince días. También asegúrese de darle la vuelta a la maceta de Dracaena marginata con regularidad para que crezca recta. Retire sus hojas marchitas a medida que avanza y limpie suavemente las demás con un paño.

En verano, es posible sacar la planta al exterior, respetando sus condiciones de crecimiento. Además, al ser sensible a los ataques de cochinilla, trátela si es necesario con un producto específico.

Finalmente, trasplante la Dracaena marginata cada dos o tres años aproximadamente, en una maceta más grande que la anterior para que sus raíces en desarrollo tengan suficiente espacio.

Regando la Dracaena marginata

En primavera y verano, riegue la Dracaena marginata una vez a la semana. En invierno, haga esto aproximadamente dos veces al mes. En todos los casos, hay que esperar a que el suelo esté bastante seco entre dos riegos, y evitar que quede agua estancada en la maceta o el platillo de la planta, con el riesgo de que se pudra y caiga sus hojas. Finalmente, rocíelos con regularidad.