Jardín zen: cómo organizar tu jardín japonés

El jardín zen, también llamado jardín japonés, es un remanso de paz y relajación. Vegetación, punto de agua, camino llano de piedra ... no existe un jardín zen único sino un espíritu general que se adapta a tu exterior. La armonía es la palabra clave en el jardín zen.

Las plantas del jardín zen

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Las plantas que adornan el jardín Zen como suelos un poco ácidos. Si necesita agregar tierra, elija tierra de brezo o turba de jardín. Las plantas preferidas serán plantas perennes como anémonas, hostas, iris, prímulas, azaleas y spiderwort. Es importante no dejar que una planta ocupe todo el espacio, sino dejar espacio para que cada planta se desarrolle. Las plantas pequeñas deben colocarse de manera que resalten un detalle como un lavabo, una zona para sentarse o un punto de luz. En cuanto a árboles, pinos, arces japoneses, cercis y abedules serán perfectos para tu jardín zen.

El estanque, el imprescindible del jardín zen

Un jardín zen no estará completo sin su cuenca acuática. Los nenúfares lo adornarán con gran elegancia, y si quieres compañía, las carpas koi pueden poblarlo sin mayores dificultades (a diferencia de los peces de acuario, que son muy frágiles). Pero cuidado: el estanque en un jardín zen debe ser simple y ordenado, a diferencia de los estanques europeos que abundan en especies de plantas en cascada.

Accesorios de jardín zen

El jardín Zen también se caracteriza por los accesorios que lo componen. En primer lugar, abandona cualquier idea de plástico, resina o incluso colores brillantes que rompan de inmediato la atmósfera relajante de tu espacio. Se requieren madera y piedra. Establezca lugares acogedores para sentarse, así como caminos hechos de piedras planas (estos son los famosos escalones japoneses) que suenan como invitaciones para visitar. En cuanto empieza a caer la noche, pequeñas luces en forma de linternas o estacas bajas en el suelo resaltarán tu jardín zen.